sábado, 29 de octubre de 2011

Aprender a pensar.


Si en la anotación de ayer os preguntaba como pensabais, hoy os contaré como aprendí yo a pensar, bueno más que a pensar como razonar mejor las cosas.

Para algunos hoy esto creo que llega un poco tarde, pero como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena, saber pensar y razonar por tonto que pueda pareceros tiene su historia, cuantas veces nos ha ocurrido que hacemos las cosas sin pensar y luego pasa lo que pasa, a veces las consecuencias son peor que el remedio que queríamos aplicar y ¿por qué nos ocurre esto?

En los tiempos que corren, todos vamos acelerados, que si llego tarde a la oficina, prisa en la cola del súper porque salen los niños del cole y no llegaremos a tiempo a recogerlos, cola en la gasolinera y así un larguísimo etcétera y esto pasa porque todos vamos igual, no dedicamos ni un minuto de relax para nosotros mismos, no respiramos como debiéramos, siempre con prisas y al momento, no tenemos paciencia, no encontramos un espacio de tiempo aunque sea pequeño para nosotros y entonces tarde o temprano sufrimos una especie de colapso a nivel neuronal que nos deja bloqueados y nos hundimos aún más de lo que estamos.

¿Pero como nos hemos metido en esa vorágine?, porque tan complejo es meterse como intentar salir con éxito de ese laberinto cotidiano que gana terreno cada día a nuestra mente. Yo no soy psicólogo ni experto en la materia en lo que se refiere a la mente, pero por experiencia propia os diré que mucha culpa de lo que nos ocurre a diario es la falta de concentración que tenemos a la hora de ejecutar las cosas, por ejemplo volviendo al súper solemos comprar compulsivamente ¿o no?, no os pasado que habéis comprado alguna cosa que luego sencillamente ni te acuerdas que la compraste. Creo que parte de culpa de lo que nos pasa es debido a la cantidad de información que recibimos constantemente a diario, si me lo permitís os diré que hay un abuso de Internet, de las cadenas de TV, nos entra tanta información que aunque pensemos que no nos interesa una parte de nuestro cerebro esta alerta y eso traducido es que no puede con toda y entonces nos bloqueamos, claro que no a todos nos tiene porque afectar, pero si a una gran parte de los seres que habitamos en este planeta. El otro día viendo un documental de países del mundo el narrador del mismo, comentaba que los habitantes de muchas aldeas de Camboya, vivían anclados en el año 1900, que no habían evolucionado como en otros países, pero antes de que el narrador siguiera hablando, yo pensé, -y eso de vivir como hace más de 100 años, es tan malo-, el narrador como contestando a mi pensamiento, comentaba que de alguna manera, y a pesar de que el índice de mortalidad y la esperanza de vida es bastante más baja que en otros países, sus gentes son más alegres, más hospitalarias, mucho más tranquilas y la gente estresada brilla por su ausencia, me quedé pensando en aquellas palabras que no me dejaron indiferente y enseguida me di cuenta del porque de aquello, se toman la vida con más calma y eso es lo que nos falta a la mayoría de la humanidad.

Ciertamente cambiar de hábitos es complicado pero he aquí algunos consejos que yo voy experimentando y aplicando, el primero y creo que de los más importantes es aprender a respirar, no me refiero al hecho literalmente hablando ya sabemos que es vital para vivir, sino a respirar en situaciones de estrés, de ansiedad por algo, de aflicción ante verdaderos problemas, comprendéis lo que os quiero decir.

El segundo consejo puede resultar difícil pero deberiáis buscar vuestro tiempo, un espacio que por pequeño que fuera tendría de ser agradable, que se yo, practicar yoga, un deporte suave, meditar en casa cuando uno se queda solo o los demás duermen es un buen comienzo para empezar a cambiar nuestra situación a mejor, eso es seguro.

¿Cuanto hace que no leemos un libro?, un gran porcentaje de gente que he ido preguntando, amigos, familia, conocidos, gente de a pie, resulta ser bajísimo, mucha gente esta atrapada en La Red, y se a olvidado de cosas tan buenas y de provecho como es leer un buen libro de lo que sea, dar un paseo con los tuyos, contemplar las estrellas, cosas tan simples que hemos ido dejando atrás, leamos más, son buenas vitaminas para nuestro cerebro porque entran a un nivel distinto que las imágenes.

Al principio os decía eso de aprender a pensar, y una buena manera de hacerlo es jugar al ajedrez, ya se que no todo el mundo esta capacitado ni tendrá ganas de hacerlo, pero a los más jóvenes se lo recomiendo vivamente, cuando pensamos las jugadas de una partida de ajedrez nos damos cuenta de como fluyen nuestros pensamientos y eso es un beneficio para nuestra mente ya que es un ejercicio, una forma de mantenerla en forma de manera natural, quien dice al ajedrez, puede ser cualquier juego basado en estrategia, yo he mencionado al ajedrez porque soy un gran aficionado.

Son tres consejos, pero a mi me han servido y me sirven de mucho, si queréis comentar algo, no dejéis de hacerlo vuestros comentarios serán bien recibidos y ahora que soñéis bien, hasta mañana queridos lectores.

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