sábado, 3 de diciembre de 2011

Mi cinturón rojo de MMA.


Han sido tres años y cuatro meses desde que empecé mi andadura en las artes marciales mixtas para conseguir el cinturón de color rojo, la antesala al cinturón negro.

Como todo en esta vida el camino ha sido largo y difícil, lesión de hombro, capsulitis en unos cuantos dedos de la mano y los pies, entreno duro, dos y tres veces a la semana en el tatami y cuando he podido a la montaña con la bici, y sobre todo ganas, muchas ganas e ilusión por marcarme unos retos y conseguirlos, si se quiere se puede.

Ahora ya voy a por el cinturón negro, pero una cosa que os digo y muy importante, es que más allá de los cinturones están la voluntad y las sensaciones de encontrarse bien con el prójimo y por supuesto con nosotros mismos.

Esta entrada esta dedicada al Maestro Paco, mi Maestro y amigo y al Gran Maestro Toshio Tamano, mi Maestro platónico e inspirador, que marcó un antes y un después en mi vida dentro de las artes marciales.

Una estación de trabajo domestica y sobre todo barata.


Supongo que a todos os ha pasado alguna vez que os habéis quedado sin el espacio del que disponíais antes de que llegaran al mundo vuestros hijos, donde vivimos mi familia y yo en un piso de tres habitaciones pues hace ya algún tiempo que ocurrió, es decir, que mi despacho o estudio llamarlo como queráis paso a manos de mi hijo pequeño convirtiéndose en su habitación, aunque eso era de esperar desde que nació, claro.
Cuando me quede sin mi espacio, me encontré con el problema de donde meter mi ordenador, entonces no era un portátil sino un pedazo de torre considerable y un monitor que aunque muy bueno, era tipo CRT, o sea, no era una pantalla plana y claro donde podía yo meter todo eso, por lo que decidí tras una larga meditación ser práctico y comprarme un buen portátil de la marca Toshiba que por cierto es de mi hijo ahora. El viejo PC y tras una estancia en la habitación de mi hija, fue a parar al trastero, eso si bien guardado por lo que pudiera pasar.

El caso que tras unos cuantos años ocupando la mesa del salón comedor con mi portátil como puesto de mando, decidí hace unos días cambiar esta situación incomoda y un tanto anti-estética, porque la verdad ver todo el día el laptop encima de la mesa no es muy agradable, pues nada tras buscar soluciones que no fueran muy caras y a la larga inútiles encontré en una tienda de muebles cerca de donde vivo un kit de montaje de una mesa auxiliar bastante cómoda como ya habréis visto en las fotografías, yo siempre busco la comodidad y aprovechar al máximo el poco espacio de que dispongo y en realidad deseo ocupar, porque me apaño con poco sitio, pero a decir verdad lo que me incomoda de la tecnología en general son los cables que siempre cuelgan y son molestos, pero enseguida di con la solución, canalizar los cables grandes (del ordenador) con tubo de espiral y los cables pequeños (usb, etc.) con canaleta normal y corriente.
En la fotografía podéis ver enumeradas las partes principales de la estación, el número uno es la superficie de la mesa, el área de trabajo, el dos es la base donde he colocado una regleta de enchufes y el transformador del portátil, pero incluso me queda espacio para mi antigua torre, el tres es una bandeja movible para un teclado y demás, yo he colocado un disco duro del que hago uso asidua y habitualmente el cuatro es el cable de espiral que esconde los cables grandes.

En esta otra fotografía se puede observar la canaleta por debajo de la mesa, por donde pasan los cables usb de la lampara, del smartphone y demás. El caso es que he conseguido una estación de trabajo, compacta, cómoda y muy práctica y por supuesto barata, el kit de la mesa estaba con un precio de salida de 41€, era la mesa y una silla giratoria, como la silla no me interesaba, porque al ser una estación móvil me ubico allí donde puedo no donde quiero, el vendedor me dijo que entonces el kit de solo la mesa eran 18€ una ganga, la canaleta y el tubo de espiral para los cables 9€ y eso si el tiempo de montarlo todo que en realidad fueron un par de horas entre montar el kit y esconder los cables, es decir, por menos de treinta euros, estoy súper cómodo y como que tiene ruedas voy como un nómada por todo el piso.