Han sido tres años y cuatro meses
desde que empecé mi andadura en las artes marciales mixtas para
conseguir el cinturón de color rojo, la antesala al cinturón negro.
Como todo en esta vida el camino ha
sido largo y difícil, lesión de hombro, capsulitis en unos cuantos
dedos de la mano y los pies, entreno duro, dos y tres veces a la
semana en el tatami y cuando he podido a la montaña con la bici, y
sobre todo ganas, muchas ganas e ilusión por marcarme unos retos y
conseguirlos, si se quiere se puede.
Ahora ya voy a por el cinturón negro,
pero una cosa que os digo y muy importante, es que más allá de los
cinturones están la voluntad y las sensaciones de encontrarse bien
con el prójimo y por supuesto con nosotros mismos.
Esta entrada esta dedicada al Maestro
Paco, mi Maestro y amigo y al Gran Maestro Toshio Tamano, mi Maestro
platónico e inspirador, que marcó un antes y un después en mi vida
dentro de las artes marciales.
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